A PERRO FLACO TODO SE LE VUELVEN PULGAS

Claudio Morales vive su particular semana de pasión. Tras el último revés electoral, no es el primero, se le une ahora la dimisión de su secretaria de comunicación.

Mikel N. Navarro

Claudio Morales es un verdadero nómada. Un tuareg acostumbrado a las inclemencias del desierto, donde está acostumbrado a caminar, casi siempre en solitario. El primer teneniente de alcalde de Vélez Málaga, representante del andalucismo en la capital de la Axarquía, no solo ha visto como como los dos grandes partidos nacionales han engullido sin piedad al nacionalismo andaluz, sino que esos mismos resultados electorales le han puesto en el disparadero político. Es cierto que no se le puede achacar a Morales toda la culpa de este fracaso, pero ¡ojo!, porque los miembros de su partido no van a dudar en exigirle responsabilidades. Unos utilizarán los cauces internos del partido para hacerlo, otros lo han hecho ya de forma más ruidosa. Es solo el principio. La secretaria de comunicación del PA de Vélez no ha tardado ni 48 horas en presentar su dimisión. Lo ha hecho a bombo y platillo con comunicado a la prensa y dejando a Claudio Morales en una situación incómoda y difícil de maquillar. Carmen Díaz ha señalado que después de 8 meses de legislatura la política que se hace en el equipo de gobierno dista mucho de la andalucista y no está dispuesta apoyar el proyecto político personal de Claudio Morales. Un verdadero "Tomahawk" a la línea de flotación de un Morales que de seguir así, además de tocado, terminará por ser hundido por su propio partido. No sería el primero. Vamos que monta un circo y le crecen los enanos. Morales debería jugar rápido y encontrar en el seno de su propia formación política quienes sepan llevar las alforjas para esta nueva travesía del desierto. Aunque eso sí, antes de hacerlo, debería mirar bien dentro de ellas. Podría encontrarse con más de una navaja.