Como putas en cuaresma
Cuando un país como el nuestro sigue anclado hoy en los fantasmas enquistados de su pasado guerra civilista, está condenado al desastre. En Salamanca se confinaban a las prostitutas al otro lado del Tormes, cuarenta días antes de la Semana Santa. El “Padre Putas” las custodiaba durante este tiempo, las recogía con su barca y las llevaba al otro lado del río. Permanecían recluidas hasta el lunes posterior a la Semana Santa. “Como putas en cuaresma”. Es la definición perfecta de esta situación que vivimos todos a causa del Covid-19, cuyos efectos están provocando miles de muertes en nuestro país, cientos de miles de desempleados, millones de euros de pérdidas y un afloramiento ingente de descerebrados de todo pelaje y catadura moral. Las putas en cuaresma pasaban hambre porque no podían trabajar y en esas estamos, suspirando por unas migajas de pan por las que muy pronto habrá que luchar a cara de perro y el cuchillo entre los dientes. El retrato social que se divisa es para echarse a