GANAR EL PAN CON EL SUDOR DE TU FRENTE

El libro más antiguo de la humanidad contempla que “te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues polvo eres y en polvo te convertirás”. Este fue el castigo heredado que más tarde convertiríamos en virtud por eso de que el trabajo es salud. Eso dicen.

Mikel N. Navarro

El trabajo como concepto ha sido utilizado a lo largo de la historia de forma lapidaria y cruel en numerosas ocasiones. La más horrible de todas quizá sea la que se encuentra a la entrada del campo de concentración de Auschwitz I, donde aún reza la frase “Arbeit Macht Frei” ( El trabajo os hará libres).

En estos tiempos que corren, en medio de esta crisis económica, lo de trabajar se ha convertido en un lujo y también en una forma de esclavitud. Encontrar trabajo con lo que está cayendo es una aventura sin precedentes donde el que más y el que menos no dudaría ni un segundo en agarrarse a un clavo ardiendo. De un lado personas en paro a la búsqueda desesperada de un puesto de trabajo por precario que sea. Del otro, pequeños y medianos empresarios cansados de tanto filibustero engordando la economía sumergida, que destrozan el mercado sin oposición aparente.

Un panorama difícil que aprovecha más de uno para hacer suya la frase bíblica del génesis. El problema es que han cambiado lo de “ganarás el pan con el sudor de tu frente” por el de “ganarás el pan con el sudor del de enfrente”. De nada sirve ni formación, ni experiencia. Como te descuides te sacarán hasta los ojos por un plato de lentejas, poco a poco, hasta convertirte en polvo.