CONCIENCIA COLECTIVA

La carrera de fondo para conseguir los mejores resultados para la próxima cita electoral en la comarca de la Axarquía ha comenzado. De hecho la carrera comenzó hace ya varios meses. Algunos incluso la iniciaron mucho antes. Otros no han dejado de correr desde los últimos comicios. Pero a pesar de ello, en esta carrera de locos, aún no he percibido en ninguno de los candidatos la más mínima conciencia colectiva.

Mikel N. Navarro

Si nos fijamos bien en los mensajes que los responsables de las distintas formaciones políticas vierten en los medios de comunicación o en la arengas, más o menos acertadas, con las que los candidatos alimentan a sus particulares masas en los mítines, nos daremos cuenta de la poca percepción que tienen nuestros aspirantes, de la realidad del momento en nuestra comarca. Para los que gobiernan todo está bien a pesar de la crisis económica y de hecho, afirman que ellos hacen todo lo posible por paliarla. Para los que están en la oposición las cosas están tan mal que no se entiende muy bien ese empeño por heredar un sillón hipotecado. Luego nos encontramos con un grupo de partidos que, aunque asumen en secreto que no tienen nada que hacer por mucho que lo deseen, están dispuestos a gastar en su campaña lo que no tienen por rascar los suficientes votos como para convertirse en llave de un posible pacto postelectoral.

Ante este panorama, los ciudadanos de la Axarquía, como los del resto del país, no nos queda otra que asumir que siempre seremos los que paguemos el pato de la nefasta gestión de una clase política, más preocupada por salir bien en la foto, que por dejarse la piel y dar ejemplo. Aún no he escuchado a ninguna de las personas alcaldables un sólo mensaje, respaldado con argumentos, que nos de un pequeño respiro, un poco de esperanza.

Desde este blog me permito la licencia, por eso de que estoy en mi propia casa, de retar a todos aquellos alcaldables de la comarca de la Axarquía a que publiquen aquí sus líneas maestras para sanear sus municipios y beneficiar a sus vecinos. Por supuesto no acepto palabras vacías. Sólo admitiré proyectos reales y hechos, nada de declaración de intenciones. ¿Contaremos con algún valiente? lo dudo, porque los torpes sólo nos traerán cantos de sirena, fácilmente detectables, mientras que los más inteligentes no dirán nada por eso de que todos somos esclavos de nuestras palabras. Les prometo que me gustaría equivovarme. Ya veremos si alguno de nuestros candidatos tiene algo de conciencia colectiva.