EL ERRANTE NACIONALISMO ANDALUZ

No nos engañemos. Sólo existen dos poderosos nacionalismos en este país. No se me ofendan los de la mano abierta, y me explico. Poco pueden hacer los andalucistas ante el poder del nacionalismo catalán, sustentado en las adineradas familias del entramado empresarial barcelonés o en el terrible poder del nacionalismo vasco, enaltecido a fuerza de garrote, miedo y demasiado olor a pólvora.



Mikel N. Navarro

A la vista de la evidencia que deja la historia política en este país, procurando ser lo más objetivo posible y dejando a un lado discusiones de taberna, lo cierto es que el Partido Andalucista ha sido siempre el hermanito pobre del nacionalismo español. Nació pobre, lo hicieron pobre y vive pobre, errante en su eterna travesía del desierto.

Digo esto porque he leído que el PA se ha marcado como objetivo convertirse en "la segunda fuerza política" de la comarca de la Axarquía tras las elecciones municipales del próximo 22 de mayo, aspiración que los andalucistas han justificado en el "hartazgo" que, a su juicio, ha causado en la población la forma de actuar de los dos grandes partidos, PP y PSOE. Este argumento, expuesto en rueda de prensa por mi amigo Oscar Pérez, viene a resumir la humildad de un partido al que le sobra ingenuidad y le falta en demasía verdaderos estrategas políticos.  Y no digo yo que el PA no tenga como objetivo convertirse  en la segunda fuerza política en la comarca,  pero que pretenda hacerlo por el hartazgo que la población tiene,  más que por sus propias propuestas e ideas, me parece casi de guión de Pedro Almodóvar.

Lo tiene difícil el PA en estos comicios electorales y eso se ha convertido casi en una especie de costumbre patológica. En el caso concreto de Vélez-Málaga es casi una tradición su estancamiento o retroceso. No es de extrañar si tenemos en cuenta que incluso hubo un candidato que tuvo la oportunidad histórica de ser proclamado alcalde y la dejó escapar, Claudio Morales. Otro holandés errante. 

Si ante un electorado más sufridor que los seguidores del Atlético de Madrid, defraudados en mil y una batallas, le unimos que alcaldes como Abdeslam Jesús Lucena en Benamocarra o José Gallego en Benamargosa, han dejado el andalucismo para abrazar las siglas del PP, no me negarán que el panorama no pinta demasiado bien en la Axarquía para los nacionalistas andaluces.

Sin embargo si tengo que reconocer y elogiar el optimismo de los dirigentes del PA, que a falta de otras cosas, al menos parten con una positividad envidiable. De todos modos debería esta formación política plantearse como norma de trabajo, olvidarse del  PP y del PSOE en su campaña electoral y centrarse más en si misma. Pienso que hacer propaganda gratis del adversario político es más que desastroso y suele condenarte a ejercer de llave errática de los gobiernos locales . Y eso si, espero que de convertirse en la segunda fuerza política de la comarca, lo haga por méritos propios. Sería triste conseguirlo por el aburrimiento de la ciudadanía, ¿no creen? 


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