LA DIGNIDAD DE SABER RETIRARSE A TIEMPO EN POLÍTICA
No existe mayor acto de sabiduría política que saber cuando ha llegado el momento de retirarse. Se trata de un ejercicio personal muy poco frecuente entre nuestros políticos, salvo raras excepciones. Grandes estadistas han pasado a la historia precisamente por haberlo hecho. Otros sin embargo han sucumbido al empecinarse en mantenerse en el poder por no renunciar a la poltrona. En la Axarquía tenemos buenos ejemplos de ello.
Mikel N. Navarrro
Estoy convencido de que la mayor cualidad de los líderes políticos está precisamente en saber cuando ha llegado el momento de marcharse. No se trata de un fracaso o una derrota, sino de la sabia decisión de quien después de haber luchado suficiente sabe reconocer el fin de un ciclo y deja paso a otras personas que recojan el testigo de su gestión.
Recuerdo a varios que supieron estar a la altura de los acontecimientos en su día, como mi gran amigo José Gordo, que renunció a encabezar la lista del PP en unas elecciones municipales en Vélez-Málaga y se retiró de la política local con una elegancia digna de elogio. Francisco Toboso lo sustituyó. Recuerdo también a Gabriel Broncano, ex-alcalde de Nerja por el PSOE, que también supo reconocer su derrota, cuando el PP ganó por primera vez en la localidad del Balcón de Europa. Sin embargo y por desgracia esta loable actitud no suele ser la tendencia habitual entre la clase política.
El problema de la política en nuestra comarca y parece que en el resto del país, radica en que los ciudadanos tenemos la impresión de que siempre se presentan los mismos. Podríamos entrar ahora en el eterno debate de las listas abiertas o cerradas, pero dejando a un lado este cisma, lo cierto es que debería estar regulado por ley el tiempo de vida en el cargo de nuestros políticos. Deberían tener fecha de caducidad.
Algunos ejemplos de personas que parecen no darse cuenta de la finalización de su ciclo político en la comarca de la Axarquía son a mi juicio estos: En Nerja el socialista Ángel Ramírez debería empezar a plantearse dejar paso a sus compañeros de partido. El bagaje del señor Ramírez como cabeza visible del PSOE en Nerja deja mucho que desear. Su costumbre de hacer oposición con el " A Dios rogando y con el mazo dando" deja en muy mal lugar a su formación política de cara a los próximos comicios. En Torrox sucede lo mismo con el independiente Manuel Paloma y en cierta medida con el socialista Francisco Muñoz o José Pérez del PSA. En Torre del Mar tenemos a Manuel Rincón líder del GIPMTM desde hace 25 años. A pesar de haber anunciado su posible retirada, no parece que vayamos a asistir por el momento a algo, ni por asomo, parecido. Una pena para él y para su propio grupo, necesitado más que ninguno de sangre nueva y de nuevos mensajes. En Vélez-Málaga se rumorea la vuelta al ruedo político del andalucista Marcelino Méndez. Una decisión poco acertada de confirmarse, tanto para el propio Marcelino como para el PA. Sólo hay una cosa peor que no saber retirarse a tiempo y es haberse retirado y volver después. Terminaré en Comares donde el popular Manuel Robles también debería plantearse dejar en manos de savia nueva las riendas del PP en esa localidad. Pepe Calayo en Alcaucín, José Jesús Domínguez Palma en Rincón de la Victoria, José Antonio Ponce en El Borge, etc., etc. La lista es mucho más extensa pero no quiero aburriros, además para muestra bien vale un botón.
Todos nuestros políticos deberían entender que la evolución, el cambio, la renovación y en muchas ocasiones el éxito de sus formaciones políticas está en manos de su generosidad. Muchos de los que he nombrado pensarán que les queda mucha vida política y que tienen demasiadas responsabilidades a su cargo como para retirarse ahora. Más responsabilidades tenía Carlos I de España, cuando abandonó su inmenso poder, dividió su imperio entre sus hijos y pasó sus últimos tiempos en piadosa reclusión en el monasterio de Yuste. La dignidad de saber retirarse a tiempo debiera ser un ejercicio permanente de nuestra clase política, una asignatura pendiente que tendría que impartirse en los famosos cursos de telegenia.
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