UN TRANVÍA LLAMADO DESEO

El norteamericano de origen griego, Elias Kazanjoglou o Elia Kazan, como se le conoció en la órbita del celuloide internacional, dirigió con enorme éxito en 1951 el largometraje "Un tranvía llamado deseo". Protagonizada por Vivien Leigh y Marlon Brando en los papeles principales, consiguió doce nominaciones a los Oscar de la Academia, obteniendo cuatro estatuillas. Pido perdón a los cinéfilos que siguen este blog por utilizar esta joya del cine para referirme al desastre absoluto del primer tranvía de Andalucía, el tranvía llamado deseo de Vélez-Málaga. 





Mikel N. Navarro



Decía el escritor español Antonio Muñoz Molina que "lo que tarda tanto en llegar es igual que si no hubiera llegado, peor incluso, porque el cumplimiento a destiempo de lo que tanto se deseó acaba teniendo un reverso de sarcasmo". Quizá sea esta la causa del fiasco que ha supuesto para el municipio de Vélez-Málaga la implantación del tranvía. Posiblemente llegó demasiado tarde o demasiado pronto, según se mire. El caso es que, fuera como fuese, llegó a destiempo. Este puede ser el principal motivo de su desastre. Bueno, este y el déficit que acarrea, sumado al dinero que el ayuntamiento adeuda a la empresa adjudicataria, que asciende a más de un millón de euros. Menudo sarcasmo.
Tranvía de Vélez-Málaga a su paso por Torre del Mar

El consistorio veleño ha hecho un sin fin de llamadas a la Junta de Andalucía para que ayude en forma de subvenciones a sufragar la deuda y el sangrante déficit que presenta el tranvía. El problema es que siempre que hace esta llamada la Junta está apagada o fuera de cobertura. Tampoco es de extrañar esa forma de echar el culo fuera en este asunto por parte de los responsables de la Junta, a los que  creo imaginar más preocupados por la avalancha de los ERE. Y es que tantos millones de euros supuestamente mal empleados, son más preocupantes que el millón de la deuda que tiene el tranvía veleño y eso puede que les duela a los regidores veleños pero cabrea más a los millones de desempleados andaluces, en la misma proporción que se oxidan las vías de la segunda fase del trenecito veleño condenado a terminar en vía muerta.

El caso es que el tranvía en Vélez-Málaga circula desde hace mucho tiempo por unas vías muy desagradables, con una empresa empleando la amenaza constante de paralizar el servicio por falta de dinero y pasajeros y un gobierno municipal incapaz de hacer frente a los pagos que le dicta la empresa adjudicataria porque la propia Junta de Andalucía lo ha dejado con el culo al aire. Decía Mark Twain que sentía muchas veces el deseo de que Noé y su comitiva hubieran perdido el barco. Yo estoy seguro de que muchos de los ciudadanos de este municipio habríamos deseado que nuestros políticos hubieran perdido este tren. Un tranvía llamado deseo. Quizá sería más acertado "Un deseo llamado tranvía".





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