EL NEGOCIO DE LAS ELECCIONES

Todos estamos de acuerdo que las elecciones en democracia son un derecho de todos los ciudadanos pero quizá no todos conozcamos el negocio que supone para las formaciones políticas recibir el respaldo de la ciudadanía. Un negocio suculento que, dependiendo de los votos recibidos, supone un ingreso en las arcas de los partidos políticos que se traduce en millones de euros.

Mikel N. Navarro

La carrera por el poder de los distintos partidos políticos tiene premio monetario dependiendo de la cantidad de respaldo popular que reciban y del número de diputados y senadores que obtengan. Las cifras son verdaderamente insultantes pero están amparadas por ley. En las últimas elecciones generales salieron de las arcas del estado 44.859.345 euros para hacer frente a estos pagos a los partidos políticos.

Estas son en cifras las cantidades dinerarias recibidas por los partidos tras las últimas elecciones generales según lo publicado por El Mundo en 2008. El PSOE recibió 12.318.305 euros por los votos y escaños obtenidos en el Congreso en las elecciones generales, mientras el PP se llevó 11.272.927 euros por el mismo concepto.  CiU 844.554 euros por sus resultados en la Cámara Baja; Izquierda Unida 803.136 euros, el PNV, 366.570 y UPyD, partido que entró por vez primera en el Parlamento, 260.960 euros.

La subvención por el Congreso fue de 297.716 euros en el caso de ERC y de 172.096 euros para Coalición Canaria, mientras que Nafarroa Bai recibió 70.205 euros. En el Senado, los votos y escaños obtenidos por los partidos que obtuvieron representación supusieron para el PSOE una ayuda de 7.110.574 euros y para el PP, 8.722.206 euros. Los senadores de CIU recibieron para su partido 357.076 euros y el PNV 129.102.

Para aquellos que todavía dudan sobre si su voto tiene o no valor les diré que en las pasadas elecciones cada uno de ellos se pagó a 0,79 euros en el congreso y a 0,32 en el senado. Esto si que es un voto útil. Ahora y después de conocer estos datos os confieso que ya no me cuesta tanto comprender a Benigne Bossuet cuando dijo aquello de que "La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir".