EL DESCANSO DEL GUERRERO
Tengo que pedir disculpas a todos los que de alguna manera os habéis convertido en asiduos de este blog por mis pérdidas eventuales de interés por escribir. Un viejo profesor de historia solía decirme que yo era como el Guadiana, que acostumbraba a aparecer y desaparecer. Lo que nunca supo Don Ignacio es que sus clases eran terriblemente soporíferas y que por aquel entonces mis ojos y mis manos estaban más pendientes de Mari Flor y de sus suculentos atributos que de la guerra de secesión americana.
Mikel N. Navarro
Es lo que yo llamo el descanso del guerrero. Aficionado como soy a las novelas de caballería, a los cruzados y a la búsqueda del Santo Grial; no podía definir mejor este estado de ánimo que me asalta de vez en cuando y que no es más que una forma natural de recogimiento interno para reencontrarme con las musas perdidas. Esas musas que nunca dominas y que como bien cantaba Joan Manuel Serrat, de vez en cuando se van de vacaciones.
Pero ya saben lo que ocurre con el descanso de los guerreros. Al poco tiempo de permanecer inactivo siempre te desvela la llamada de la sangre y el síndrome de abstinencia que produce la falta de adrenalina te va corrompiendo por dentro. En mi caso este síndrome maldito me afecta en demasía y el delirium tremens adopta formas asimétricas y cóncavas donde la tinta y el papel siempre están presentes.
Esta inactividad no me ha impedido sin embargo estar al tanto de todo lo que ocurre en la comarca de la Axarquía, en Málaga, en Andalucía y en España. Para nada. Muy al contrario. Durante estos estados mentales de “articulus interruptus”, suelo devorar periódicos, blogs, telediarios y tertulias radiofónicas. Créanme, no tienen desperdicio. Por eso no me han pasado desapercibidos los paros por la inminente desaparición del tranvía de Vélez-Málaga, ni los desvelos del Partido Socialista de Torrox por lograr un pacto que apuntale su gobierno municipal ni los movimientos políticos por inclinar la balanza de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol-Axarquía de un lado o de otro. Todos estos temas serán desgranados próximamente en este blog si es que las musas dejan ya de veranear y vuelven a removerme por dentro. Bueno estos temas y otros no menos sabrosos, como ese repentino empecinamiento del portavoz socialista en la Diputación de Málaga por cambiar el reglamento de la institución para que los ciudadanos puedan participar en las sesiones plenarias. Es curioso lo que pide el señor Conejo porque siempre pensé que los ciudadanos estaban ya representados en estas instituciones, salvo que los señores diputados hayan llegado ahora al convencimiento, más o menos influenciado por el movimiento del 15M, de que ya no representan a nadie. Miedo me da, por la propuesta en sí y por la timidez con la que el Partido Popular suele manejar estos arrebatos disfrazados de populismo. Mientras esto sucede en Málaga, en Andalucía siguen ERE que ERE con lo mismo y en Madrid ya no se duda del adelanto de las elecciones generales y la tendencia ahora es apostar si será en noviembre o en diciembre el ineludible fin del ciclo ZP. Quien sabe, si me apuran a lo mejor todo depende de si repuntan o no los famosos brotes verdes.
En fin que se terminó el descanso del guerrero. Acabo de acomodarme la celada y la visera, la cota de malla y esta pesada armadura. Ya saben lo que solía decir Benavente: “En la pelea se conoce al soldado pero sólo en la victoria se conoce al caballero”. Siempre he presumido de caballero aunque me temo que jamás he pasado de soldado raso. Aun así lo seguiré intentando por si un día de estos una victoria me exige mostrar tan hidalga vocación.
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