LA JUNTA DE ANDALUCIA COMO EL PERRO DEL HORTELANO

La inmortal comedia de Lope de Vega publicada en 1618 me servirá hoy de excusa para dar una vuelta de tuerca más a la actitud que manejan la los responsables de la Junta de Andalucía con respecto al tranvía de Vélez-Málaga. Me sirve de excusa no por el argumento de la citada comedia que llevara al cine Pilar Miró, consiguiendo 7 premios Goya en 1997, no. Igual que hiciera Lope de Vega con su comedia me baso yo hoy en el famoso refrán "como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer" para escribir esta crítica. 





Mikel N. Navarro 





El tranvía de Vélez- Málaga a su paso por Torre del Mar

El pasado día 14 de julio la Junta de Andalucía comunicaba que no se autoriza el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal del tranvía de Vélez-Málaga, que afecta a 23 trabajadores y que se registró en la Delegación Provincial de Empleo a finales del pasado mes de junio alegando causas económicas. He trascrito literalmente lo publicado en la fecha indicada en los periódicos provinciales para no llamarnos a engaño. Lo digo porque cuando pude leer la noticia pensé, estos de la Junta son como el perro del hortelano. Primero se niegan desde la Junta a complir con la palabra dada en su día de cofinanciar la explotación del tranvía de Vélez para hacerlo viable. Después se niegan a arrimar el hombro para sacar de la quiebra a este medio de transporte que arroja pérdidas anuales de millones de euros y ahora, que la empresa se ve obligada por todo el dinero que se le debe, a iniciar un ERE, va la Junta y le dice a la empresa que no lo autoriza. De nota, casi podríamos decir que se trata de un proceso en el que la Junta de Andalucía, en este caso último, a través de la Delegación Provincial de Empleo, ha sacado matrícula de honor.

El caso del Tranvía en Vélez-Málaga es tan sangrante como absurdo. Digno de una comedia de Lope de Vega o mejor dicho de alguna de sus epopeyas. Se trata de un ejemplo más de lo fácil que es disparar con pólvora ajena, un ejercicio habitual por desgracia en las administraciones públicas. Una inversión multimillonaria y a la postre un lastre en la explotación inasumible y que trae al consistorio veleño contra las cuerdas con una deuda que supera ya los 2 millones de euros. Pero lo realmente lamentable en este asunto sigue siendo la visión casi "pasotista" de la Junta de Andalucía que, como decía al principio de este artículo, no ha dado ni un sólo paso para ayudar al Ayuntamiento veleño a pagar la deuda que tiene con la empresa que explota el tranvía pero que se permite el lujo ahora de no autorizarle el ERE que pretendía poner en marcha. Lo que les decía "el perro del hortelano". ¡Hombre!, con todo lo que está cayendo con los ERES en Andalucía y el fondo de reptiles parece cuanto menos paradójico que el ERE del tranvía de Vélez sea el único que no cuente con el visto bueno de la Junta, por lo menos que se sepa. Vamos que si yo estuviera en la piel del delegado provincial de trabajo Juan Carlos Lomeña, me apresuraría a pedirle a la Virgen que por favor me quede como estoy.

El tranvía de Vélez-Málaga visto lo visto desde su construcción hasta hoy solo puede definirse como un capricho. El problema de los caprichos es que salen caros, con la salvedad de que en política los caprichos de unos los pagamos todos. De hecho el tranvía de Vélez-Málaga lo estamos pagando todos los vecinos del municipio, nos subamos o no en él y eso es tremendamente injusto. Otro problema que tienen los caprichos es que suelen ser más duraderos que las pasiones, al menos eso decía Oscar Wilde, espero que se equivocara. Para finalizar una anécdota sobre el tranvía. Intenté tomarlo hace unos días por la mañana y me encontré un anuncio en el luminoso en el que rezaba que el tranvía no saldría ni de Vélez-Málaga ni de Torre del Mar hasta las 11 de la mañana, pregunté a una señora el por qué y me dijo que el tranvía paraba cada día una hora para desayunar y otra para comer. Vamos, como dice mi amigo Nicolás "¿Como lo ve, Maribé?".   


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