ALCAUCÍN SE JUEGA SU IMAGEN Y SU CREDIBILIDAD

El municipio Axárquico de Alcaucín se juega en las próximas elecciones municipales su imagen y credibilidad. En el mismo instante que el ex-alcalde de esta localidad, José Manuel Martín Alba, (Pepe Calayo) anunciara públicamente a través de una entrevista concedida a Diario Sur, su vuelta a la política, los ciudadanos de este municipio han sido situados en el punto de mira de la opinión pública de esta comarca, de la provincia y de todo el país. Sólo ellos o la justicia pueden poner en su sitio a este personaje en libertad vigilada acusado de corrupción urbanística, prevaricación y otras lindezas.

Mikel N. Navarro

Dicen que la ignorancia es atrevida pero en este caso esa ignorancia tiene además un trasfondo muy peligroso y preocupante. Conozco a nuestro, en cuestión y cuestionado personaje,  desde hace muchos años y hace un par de semanas le pregunté por su posible vuelta a la política y me dijo con absoluta y pasmosa serenidad que estaba registrando un nuevo partido independiente para presentarse a las elecciones municipales como candidato a la alcaldía de Alcaucín.

Pepe Calayo, que es como le gustan que le llamen, debería pensar muy mucho hasta donde quiere dilatar esta farsa que pone en peligro la imagen y la credibilidad de su municipio y que deja aún peor su ya maltrecha dignidad. Parece olvidar nuestro imputado personaje, que hay una causa abierta contra él, causa por la que ya ha pasado por la prisión de Alhaurín de la Torre y de la que sólo salió tras pagar una fianza de 120.000 euros, para disfrutar de esta libertad vigilada, que todavía está pendiente de juicio y que por tanto aún está a la espera de sentencia. Esta es la realidad de su situación, le guste o no al ex-regidor de Alcaucín.

Pero lo más grave de este asunto es que el propio Calayo, piensa que lo ocurrido durante su mandato en el Ayuntamiento de Alcaucín, es lo más normal y lógico del mundo. Para saber hasta donde llega la ignorancia e indolencia de este individuo sólo hay que perder algo de tiempo en leer sus argumentos vertidos en Diario Sur. Comentarios como estos: «Tuve que dejar el cargo de alcalde y el escaño de concejal precipitadamente. Ahora quiero terminar los proyectos que no pude acabar y la única forma que tengo para hacerlo es gobernando». « La experiencia, capacidad y ganas de trabajar, después de todo lo ocurrido, podrá sacar a Alcaucín del hoyo en el que se encuentra metido». «No soy ningún cobarde y no tengo nada que temer. Mi conciencia está muy tranquila. No he hecho nada que no hayan hecho otros alcaldes».

Pretender volver ahora a gobernar un municipio que gobernó durante los últimos 18 años para acabar los proyectos inacabados suena a ciencia ficción, salvo que quiera ahora hacer en una legislatura lo que no hizo en más de cuatro. Querer hacer de salvador de un municipio que se encuentra en el hoyo al que su mandato arrojó, es dejar con el culo al aire a sus ex compañeros socialistas, rizar el rizo más allá de lo políticamente aceptable y condenar a su municipio a estar siempre bajo sospecha. Afirmar que tiene la conciencia tranquila y que no ha hecho nada que no hayan hecho otros alcaldes es pedirle a gritos a la juez que le condene con la misma firmeza que ya han sido condenados por delitos como el suyo otros alcaldes que también pensaron que no pasaba nada porque todo el mundo hacía lo mismo. La diferencia es que a los otros alcaldes condenados nunca se les encontró dinero sin justificar debajo del colchón de sus camas. Permítame Pepe Calayo que le diga sólo dos cosas: que su pueblo se merece algo mejor que usted y que por la boca muere el pez.