ALCAUCÍN, LUCHAR CONTRA MOLINOS DE VIENTO

"La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra". El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha (Miguel de Cervantes Saavedra).




Mikel N. Navarro


No entiendo muy bien por qué extraña razón me he pasado gran parte de mi vida luchando contra molinos de viento. Primero contra mí mismo y después contra el resto. Los encuentras por todas partes y adoptan, como les pasaba a los que imaginaba Don Quijote, múltiples formas. Se esconden bajo pieles de cordero y sus aspas tienen alargadas sombras y peligrosas aristas. Son duros, sólidos y casi invencibles. Por eso digo que no entiendo por qué el destino me condena siempre a luchar contra ellos porque lo cierto es que no he sabido nunca salir airoso de tan particulares batallas, ni soy de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco, ni galgo corredor. Don Inocencio, mi profesor de lengua, decía que yo era un adicto de las causas perdidas. Entonces no entendía bien qué quería decir con su arenga pero el tiempo me ha confirmado que tenía razón. Supongo que eso de andar en tierra de nadie tiene su morbo y a pesar de las continuas derrotas, esto de  luchar contra molinos de viento me proporciona la suficiente adrenalina como para no rendirme. Vamos que no escarmiento nunca.

Un ejemplo de ello es esta particular lucha que mantengo desde este blog por intentar dar a conocer lo que pienso sobre el devenir diario de la actualidad de la comarca, con algún que otro escarceo en la política nacional más algún aporte poético propio, que de todo hay en esta viña, que no es del Señor porque es mi única pertenencia. Ya sabéis, a Dios lo que es de Dios. El problema es que salvo raras excepciones siempre me tropiezo con los dichosos molinos de viento, con las sempiternas causas perdidas. Es el caso de la vida política en Alcaucín, una pequeña localidad de la comarca de la Axarquía malagueña, pueblo de mi padre y lugar al que tengo un especial cariño y devoción.

Desde este blog he mantenido una lucha constante para aunar esfuerzos en favor de la normalización de la covivencia y de  la vida política de la localidad tras los oscuros acontecimientos del Caso Arcos, cuyo sumario apunta a una "red de corrupción político-empresarial" en esta localidad más que a "unos meros ilícitos relacionados con la ordenación del territorio" aunque los hechos tengan su origen en asuntos vinculados al urbanismo. En este orden de cosas mis opiniones han ido siempre en el sentido de aislar a aquellos que siguen intentando conseguir parcelas de poder en el consistorio alcaucineño a pesar de estar imputados en el citado caso de corrupción y a todos aquellos que los apoyan. Sin embargo y al igual que el caballero de la triste figura, esta aventura se ha convertido en una lucha contra molinos de viento. A pesar del pacto entre PP, PA y Los Verdes de Alcaucín, que ha cortado cualquier posibilidad de resurgimiento de "Pepe Calayo", la sombra del ex-alcalde imputado y sus acólitos sigue planeando con demasiada frecuencia en la denostada política local. Tanto es así que desde esa sombría caverna se ha convocado para mañana una manifestación para mostrar el descontento ciudadano con el citado pacto y que en realidad no es más que un desesperado intento de sabotear el pleno de investidura en el Ayuntamiento de Alcaucín. Una convocatoria tan deleznable como inmoral y que viene a confirmar el verdadero talante y la catadura moral  de quienes la convocan y de quienes finalmente la apoyen. Eso sin entrar en la carta amenazante y anónima que han recibido los dos concejales de Los Verdes, mas propia de la Cosa Nostra que de un proceso democrático y normal en un estado de derecho. Para colmo el candidato del PP, Domingo Guerrero, tendrá el triste honor mañana de recibir la "Vara de Mando" que le acreditará como nuevo alcalde de Alcaucín de manos del propio "Calayo". Siniestra paradoja de la Ley que confiere la formación de la Mesa de Edad en los plenos de investidura.

Desde este blog vuelvo a pedir a las fuerzas políticas tradicionales con representación en el Ayuntamiento de Alcaucín que sean consecuentes, que mantengan la tranquilidad y que den ejemplo de comportamiento democrático. Estoy convencido de que PSOE, PP, PA y Los Verdes de Alcaucín serán capaces de salvaguardar la solemnidad de un acto que debe ser una fiesta de la democracia y no un festín de taberna para el caldo de cultivo del enfrentamiento vecinal. Que sabrán aparcar las diferencias políticas en beneficio del interés general. Que tendrán conciencia de estado y no un mal estado de conciencia.  Es una lucha contra molinos de viento lo se. Pero también se que la ciudadanía y la clase política de Alcaucín merecen reencontrarse. No importa que  para ello haya que emular a Don Quijote. Sigan ustedes su ejemplo concejales electos de Alcaucín y díganse unos a otros lo que el Hidalgo Caballero le dijo a Sancho Panza: "No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmalazado". A buen entendedor pocas palabras bastan.










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