LEGITIMAR EL INSULTO A LA INTELIGENCIA

La repentina euforia que parece haber asaltado al Partido Socialista y al Partido Popular tras el esperpento de anuncio de los encapuchados asesinos de la banda terrorista ETA, no es más que otro ejemplo de que vivimos en un país de pandereta donde lo siniestro prevalece disfrazado de esperanza y la mentira se adorna de paz. Calificada por algunos como victoria de la democracia, el comunicado de ETA no es más que una continuación del chantaje de los que se ocultan tras una capucha, sólo que esta vez ha recibido el visto bueno del funesto de Rubalcaba y el beneplácito del pamplina de Rajoy.

Mikel N. Navarro

Cuando leo el texto íntegro del comunicado de la banda terrorista ETA no puedo reprimir el escalofrío. Cuando uno se detiene a leer lo que ayer escenificaron los tres encapuchados de turno no cabe el menor atisbo de duda. Por mucho que socialistas y populares nos quieran vender las excelencias del comunicado etarra, al final lo que trasciende es que el chantaje del terror sigue en pie. Dicho de otro modo: o España y Francia entran por el aro de lo que marque ETA o si te he visto no me acuerdo. Si ETA ha dejado las armas como he leído en algún medio escrito, ¿Dónde las han dejado?, lo digo para que alguien vaya a recogerlas, no sea que se arrepientan.

Manifestación contra la banda terrorista ETA

Yo personalmente les diría a estos que ahora ven tanta esperanza y motivos para la satisfacción en el comunicado de los terroristas, que cojan sus maletas y se vayan a vivir al País Vasco. Seguro que ninguno de ellos estaría dispuesto a aceptar el reto. Fíate de Dios y no corras. Es normal porque ETA no ha anunciado nada nuevo, no ha comunicado su disolución, ni ha entregado sus armas, ni se ha puesto en manos de la justicia, ni ha pedido perdón a las víctimas. Muy al contrario ETA vuelve a incidir en su comunicado en la soberbia, en el chantaje, en la semántica fácil y en la absoluta falta de respeto por las víctimas. De hecho solo tiene palabras para los etarras caídos y para los que, según ellos mismos, sufren el encarcelamiento y el exilio.

En este orden de cosas y de acontecimientos los terroristas no me sorprenden en absoluto. Lo que si me llena de estupor, pena y verdadera desilusión es la reacción de quienes dicen representarnos en el gobierno y en la oposición. En valores estrictamente electoralistas que Rubalcaba aproveche este guión que seguro él mismo diseñó puede ser en parte justificable. Sin embargo, que Rajoy se vanaglorie ahora de que se ha conseguido este anuncio etarra sin réditos políticos es de juzgado de guardia. El regalo de la Diputación de San Sebastián y más de 100 alcaldías en todo el País Vasco a Bildu con el aval del Tribunal Constitucional en las municipales pasadas no debe ser suficiente rédito político para el que espera ser el próximo presidente del gobierno.

Decía Platón que el hombre inteligente habla con autoridad cuando dirige su propia vida. Poca autoridad puede tener un estado democrático cuando es capaz de permitir que una banda terrorista sea quien marque los tiempos. Que desde el PSOE y el PP intenten hacernos ver el comunicado de ETA como algo positivo, como un logro conseguido, como un paso hacia la paz, me parece una falacia infesta. Querer trasladarnos a la era de las cavernas, forzarnos a desandar un camino de sangre en el que siempre hubo quienes se desangraban mientras otros apretaban el gatillo, es obligarnos a olvidar la memoria de nuestras víctimas, hombres, mujeres, niños, padres, madres, hijos, abuelos, maridos, esposas, hermanos, amigos. Es querer legitimar su insulto a nuestra inteligencia vendiéndonos un escenario de paz donde en realidad nada ha cambiado. Los mismos gestos, las mismas exigencias, el mismo decorado, las mismas capuchas.